












¡Mira que coño te pierdes por ser el cornudo pichafloja de mi marido! Esa frase me la ha repetido a diario la coneja y en especial en esa ocasión en la que salimos a tomar algo juntos y al llegar a casa me enseñó que no llevaba ropa interior y quiso presumir de coño mientras le hacía fotos y no dejaba que yo me masturbase.