

"LA CONEJA Y EL DESCONOCIDO" (Relato real de un corneador y su experiencia con mi mujer): Era una mañana fresca de abril, a eso de las 11:00 llamo a su puerta, me abre y la veo: bajita, cuerpazo, vestida con mini vestido… las tetas le sobresalen, son demasiado grandes. Cara preciosa, pelo recogido, maquillada, con la raya del ojo muy marcada en plan zorrón, los labios pintados, lo mejor… su boca… una sonrisa grande, amplia, blanca… y una vocecilla que te pone a mil. Se quita el vestido y lo que se podía imaginar pasa a ser evidente… las tetas son inmensas, es una puta vaca lechera, vaya pedazo de ubres, con pezones rosados, grandes, sensibles al tacto… Me desnudo, y según me quito los gayumbos… zumba… todo el rabo en la boca… menuda puta, no habíamos hablado ni dos palabra y ya tenia mi polla en su boca… me tiro en la cama… sigue mamando, lo hace de puta madre, se ve que le gusta… lento, profundo, a veces rápido, se para y pone la polla tiesa y la contempla… le gusta mirarla… sigue chupando, los huevos, la polla… para… quiere comérmela de rodillas… se pone de rodillas ante mí… como una buena puta… sigue comiéndome la polla…. Se lleva las manos a la espalda para que le folle la boca a mi antojo… babea… le caen chorros y chorros de baba… dejamos el suelo empantanado… se le caen lagrimas de lo profundo que se la mete… me corto y ella dice que no, que siga, que no pare… acabamos y volvemos para la cama… la quiero comer el coño… está chorreando, cuando acabo ha dejado un charco, está totalmente cachonda y salida… en ese momento puedo hacer con ella lo que me salga del tolete, está totalmente entregada a un macho que no conoce de nada… Me tumbo en la cama, ella se pone encima y se la mete, acojonante… dando botes con las tetas rebotando, su cara de vicio, gime, cada vez más… la empiezo a decir guarradas y se pone todavía más cachonda… cuando le digo que es un putón y que le está reventando el coño un tío que no conoce de nada se pone perra perdida… me pide que la folle a cuatro, que así se corre fijo… la pongo a cuatro, sus rodillas en el borde de la cama, yo de pie, arquea la espalda para que quede el culo bien en pompa… se la meto… la tengo gorda… vaya espectáculo… la cojo el culo bien fuerte, separando las nalgas… la vista no se puede comparar… el agujero del culo bien abierto y los labios del coño alrededor de mi polla que se mueven al ritmo de los pollazos que la meto, el coño apretadísimo… aguanta las embestidas, por más duro que se la meto, aguanta la postura, no se va para adelante, sigue ahí para que le entre toda entera…. Me pongo sobre ella y me la sigo follando… ella tumbada de espaldas y yo encima… es como más la siente, la cojo de la cara y el pelo para ver bien su cara de puta disfrutando, mi boca en su oreja para que escuche bien la respiración del macho que se la está follando, se corre como la puta que es... un tío que no ha visto en su puta vida y se ha entregado a él… Me voy a correr.. la aviso y se pone de rodillas frente a mí… me la va a chupar pero ya es demasiado tarde… descargo todo el lefazo en su careto de puta… una corrida de cinco chorros… le queda toda la cara pasteurizada… una de ellas le ha entrado en el ojo izquierdo, le da igual… con todo el careto lleno de leche me empieza a comer la polla otra vez… Me tumbo, necesito descansar, a la zorra le da igual, me empieza a pajear, todo esto con los pegotes de lefa todavía deslizándose por su cara, caen en sus tetas, en sus piernas, está embadurnada, el olor a macho le pone como a una puta perra, me pone las tetazas en la cara, me sigue pajeando, se la vuelve a comer. Se pone encima de mí, de espaldas, se la vuelve a meter, se mete caña, la agarro de ambas nalgas, veo perfectamente como mi pollón le está reventando el coño… empieza a gritar y de repente veo como se vuelve a correr a chorros encima de mí… la visión de tal espectáculo hace que eche la poca leche que me había quedado. Descansamos, nos lavamos, nos vestimos y me despido, ella se despide: “espero que te hagas buenos pajotes pensando en mí”. Salgo de su casa, no siento las piernas, me fumo un cigarro, escribo al cornudo de su marido y le cuento lo zorra que es su mujer. El tío quiere más detalles… imposible… hay que estar ahí para ver lo zorra que es y lo perra que se pone cuando huele a macho.